apuntes para alumnos de Teatro
Es libro que estoy escribiendo y voy a contarles algo del mismo acá, para debutar con mi blog.
La formación de un actor, en caso que pudiéramos definirla si existiera…
Enseñar a actuar es una tarea imposible ya que es imposible de ser transmitida. Hay leyes que obedecen al buen gusto y punto. Afinar nuestra sensibilidad tal vez es la cuestión. Adquirir así un propio criterio basado en la experiencia, en el probar y equivocarse, en la investigación consciente sobre el error y la realización de un nuevo intento. Podemos trabajar de muchas maneras en principio porque hay muchos caminos, muchos actores, muchas historias, muchos personajes y aún mucho por decir. La expresión se hace grande sólo si la libertad de cada actor en lo íntimo de su ser encuentra la forma de desplegarse siempre en territorios nuevos de su propia experiencia escénica. Se trata entonces de educar a nuestro guía, nuestro propio sentido común, esto de educarnos como actores. Los comentarios sobre resultados son cuestión de juicios y hasta de gusto, o sea, no es lo que nos atañe, no depende de nosotros y no es nuestra tarea, ya que otros la realizan.
Observar, dar vuelta las cosas, lo que son y lo que aparentan. Encontrar lo particular en lo no dicho, no en lo que se dice. Cuestionar la apariencia de las cosas. Observar la vida hasta en el mínimo detalle, a las personas, lo que ocurre a nuestro alrededor, en la realidad, en las almas nuestras y de otros. Observar con ojo artístico, no ya con ojo crítico y así autoevaluarse también. La diferencia es la parálisis o la expansión.
El secreto fundamental de aprender, es no saber, esa es la clave por la cual los niños aprehenden absolutamente todo. El niño tiene ese espacio de no saber, esa inocencia que perdemos en el trascurso de la vida convirtiéndonos en adultos, como si fuéramos seres ya hechos. Para el niño, no hay final de esta manera. Si como adultos queremos aprender, tendremos que ir olvidando todo lo que hemos aprendido. Volver a nuestra inocencia, a nuestro niño.
En mi estudio viene gente de cualquier edad, y no pongo límite a esto. Muchos se autodiscriminan, desde el primer instante que les digo que se tomen el permiso de intentar y que pueden, pues entraron a un lugar donde la libertad les permite encontrarse con ellos y expresarse desde lo más profundo de su ser. Yo soy así, tímida, o malo con la tecnología, o agresiva o muy buena o nunca grité…aclaran a la defensiva; yo puedo ésto y tal cosa no pude nunca… con todas las ideas claras sobre lo que pueden y no pueden. Ponen el límite tanto de su personalidad como si fuera algo con lo que están tan identificados como con un DNI o pasaporte, como si no fuera algo en continua evolución y con múltiples posibilidades de ser a lo largo y ancho de todo el recorrido de una vida. Como si la manera de transitarla no dependiera de una propia elección también además de los condicionamientos que no vamos a ignorar que existen. Actuar no desconoce la esencia, pero la personalidad no tiene que ser un límite. Es más, algo de la personalidad a través del teatro puede transformarse. No nos converiteremos en asesinos, no tranquilos. El único riesgo es poder transformarse en personas mejores, con menos juicios, con menos limitaciones cerebrales, más flexibles, transitando más lúdica y creativamente la propia existencia. Claro, perdón, corrijo, para muchos esto es un gran riezgo. Claro. La mala noticia es que siempre lo será. y ese es el desafío, emprender un camino de cambio constante y revisión continua porque sólo termina cuando dejamos de respirar ,esa búsqueda incesante por mejorar lo que traemos y creemos de nosotros mismos.
“ La creatividad es la mayor creatividad que hay en la existencia. Si quieres crear tienes que liberarte de todos los condicionamientos; si no tu creatividad no será más que copiar, sólo será una copia. Sólo puedes ser creativo si eres un individuo, no puedes crear si formas parte de la psicología de masas” Osho.
Un chico, un adolescente, un joven, un adulto se da cuenta motivado por razones supuestamente diferentes, que quiere hacer teatro. “Ah mi hija quiere estudiar teatro, quiere actuar en televisión”. Cómo se pregunta un actor o actriz que ha sido consultado supuestamente porque puede dar una pista a ese padre que quiere satisfacer la inquietud de este chico. Posiblemente en su casa se asusten o lo motiven por ganas de verlo en pantalla, en calle Corrientes. Pero antes que nada, ante tanta confusión actual, debemos peguntarnos, y por qué? ¿Para qué?. Cualquier respuesta con fundamento es válida, especialmente en los tiempos que vivimos. Pero estas razones a medida que son pronunciadas pueden confundirnos más y más. Empecemos por el principio entonces: ¿qué es el teatro? ¿Qué es la creación? Qué función cumpliríamos como actores entonces?
Tal vez podemos preguntarnos, para qué hace teatro el hombre? Qué necesidad tiene de hacerlo? Y podemos respondernos algo así como que nos interesa la vida, la vida de las personas, de personas diferentes a nosotros, y queremos ser personas diferentes… respuestas de este tipo es lo que siempre me han respondido ante una misma pregunta.
En el escenario o pantalla se desarrollará una historia, sobre vidas diversas. Muchas veces el alumno siente ser protagonista de esas vidas y desea ser observado en lo que desarrolle de esas vidas. Pero pocas veces se plantea observando la pregunta algo más allá de sí mismo, ese algo del misterio de la vida que seguramente todos vamos a buscar cuando asistimos a una obra de teatro o vemos una serie. Tomemos esta palabra que se repite en las respuestas: vida.
Como vemos la explicación de por qué actuar, se ha extendido aparentemente y por otro lado se ha acotado a algo más sencillo y simple aparentemente pero infinitamente más responsable y complejo. Estar a la altura de esta misión es la pregunta que debemos respondernos continuamente en esta profesión. Muchos quieren llegar a algo, pero no saben de qué se trata transitar el proceso. Siempre es complicado responderlo en pocas palabras. Con esa limitación me he encontrado, es cierto, y no puedo decirles tomá, lee mi libro tampoco. Así que estoy tratando de explicármelo a mi misma en principio para luego llegar al modo de acotarlo.
Más allá de que hoy exista la tendencia a desprestigiar la formación del actor, o creer que todos tenemos que hacer todo lo que sea sin tener idea, simplemente por afán de emprender y liberarnos de lo que no nos gusta hacer, incluyendo ésto trabajos muy estructurados o empleadores. A pesar que pareciera que existen métodos mágicos en 5 o 10 pasos para conseguir los sueños y que si querés ser actor y soñás serlo sin esfuerzo y constancia, lo serás… a pesar que un actor con inquietud y preparación intelectual haga trabajos de cierta tendencia “diverticionista”, porque las reglas del mercado laboral a veces lo exigen o la necesidad y deseo personal también y es correcto o no es juzgable, de hecho yo misma soy parte porque actúo y soy parte de los mismo … a pesar que alguien surja con más impacto desde el buen manejo de sus redes y no desde una auténtica inquietud y necesidad creativa, y también debamos reconocer que es válido en principio porque para la sociedad esto funciona y más que otras fórmulas que hoy no calan en los consumidores y las redes también lo prueban estadísticamente y con sus más que exactos criterios de análisis… me toca tal vez desde el lugar medio de estar entre este paradigma y aquel que me transmitieron hace casi 40 años ubicarme equitativa y éticamente también por decirlo de algún modo. Tomo la posta por generación de seguir contagiando algo que no puede explicar el marketing aún, porque es cambiante y alterable e inestable pero puede alimentarse, aquietarse o agitarse: la pasión. Materia no definible con exactitud y que no acepta ni términos ni condiciones ni cookies que la vendan. Es o no es y por un inexplicable milagro por el momento y espero que asi siga ocurriendo ya qué sería de nosotros sin la inexactitud y la magia. En el arte, poca cosa al menos. Y agradezco a la inexactitud cuántica del universo que aún la tecnología nos deje palparla al menos mareando los algoritmos. Hay caminos recorridos, de los cuales hay constancia, realizados por grandes teóricos y directores y filósofos, que han buscado en la espiritualidad como en la psicología y en la ciencia transmitir pautas y condiciones para conseguir que un actor desarrolle su arte con maestría. Quiero ser actor, quiero estudiar teatro, quiero… mi objetivo es trabajar, mi objetivo es sentirme bien, mi objetivo es ser más flexible y me mandó mi psicólogo, me jubilé y ahora voy a hacer lo que quiero… en fin. hay de todo pero con un mismo sentimiento pulsando un alma en común: la pasión.
Muchas historias… pero un mismo sentimiento o alma en común es lo que encontramos en las clases primero y en el escenario después. Lo que sí cuando veo que de verdad alguien está dispuesto a todo lo que su sueño o deseo implica y desconoce el camino y las posibilidades y lo que implica eso le pregunto en algún momento que nunca es en la primera etapa de su recorrido y si o si es algo fundamentalque considero toda persona que se inicia en esto de actuar debe saber : qué te motiva a ser actor o actriz…Y por qué y para qué?…
Algo en sus respuestas, seguramente y por lo general algo confusas, me nombran el teatro. Bien, ahí me detengo. No más preguntas. El teatro. Si aclaro un pequeño detalle. Les cuento algo que enunciara ya Peter Brook, que el teatro es juego. Alguna gente considera entonces que todo se tratará de juegos teatrales y que nunca van a tener que realizar algún esfuerzo. Esto debo comentar suele ser el punto de inflexión con mucha gente que se inicia en esta actividad y supone que no llevará de parte de ellos ningún gesto más que hacer ejercicios que les marco y resolverlos. Es inevitable hablarles entonces de un compromiso y una responsabilidad, entonces les suena a veces a un matrimonio desavenido vaya a saber por qué imagen cargada de ideas propias de lo que eso significa. En mis clases de coaching algo básico entendí de las primeras clases o encuentros: compromiso y responsabilidad permiten sostener el deseo en pos de ese sueño que nos proponemos alcanzar y convertir en nuestra realidad. Y la verdad aclaremos, no conozco otro camino. A la hora de actuar, de dirigir, de dar clases y hoy de escribir también. uno puede facilitar desde el propio camino recorrido ciertas coordenadas pero el camino es personal e íntimo de cada alumno que un día devendrá en actor. Todo se engendra como proyecto y lleva particulares condiciones y acciones para concretar las metas. Si hay otra manera por favor háganmela saber. O no por favor, me da miedo amargarme pensando que he perdido el tiempo. Cuando fue ese recorrido lo que más felicidad me ha brindado y aún me bri
El teatro no es la vida, pero tiene vida propia
El teatro es juego. Peter Brook
El teatro es el arte del espectador. Eugenio Barba
El hombre ha especulado eternamente, desde el principio de los tiempos sobre el significado de la vida. Si observamos este hecho, la experiencia de la vida es conocimiento. La atracción de lo desconocido y lo nuevo, ha despertado la curiosidad de los seres humanos desde épocas remotas. Buscando el significado constantemente en los hechos de nuestras vidas y la de nuestros semejantes, buscamos ciertas verdades tal vez del conjunto que formamos que llamamos humanidad. Nos trascendemos a nosotros mismos para hallar explicaciones, ecuaciones, comprensiones totales de lo que ocurre a nuestro alrededor y fuera del alcance de nuestra percepción cotidiana. Como vemos la explicación de por qué actuar, se ha extendido aparentemente y por otro lado se ha acotado a algo más sencillo y simple aparentemente pero infinitamente más responsable y difícil. Estar a la altura de esta misión es la pregunta que debemos respondernos continuamente en esta profesión para así comprender nuestra existencia y la existencia del mundo del cual somos parte.
Conocimiento: relación del mundo consigo mismo
Nuestros sentimientos, sensaciones, emociones, juicios, ideas, y la capacidad creadora, son parte del conocimiento. Entonces cuál sería nuestra función como seres humanos? Y la respuesta no puede eludir el concepto de conocimiento. El conocimiento para empezar de nosotros mismos como parte de una totalidad o humanidad, que a su vez evoluciona buscando continuamente ese conocimiento.
Pero seguramente pensarán ustedes, qué tiene que ver el teatro con el conocimiento, el sentimiento. El teatro es creación. Empecemos por ahí. Lo que sí hay siempre en la respuesta de un alumno que viene a estudiar o un actor que empieza en este arte una respuesta en común. Nadie nombra la palabra creación y su necesidad de crear. ¿ No hay una relación entre la creación y el amor? El amor lo consideramos por lo general imprescindible y sin embargo mucha gente prescinde con dolor generalmente por no tenerlo o no poder darlo. La creación es algo que suponemos que puede estar o no en nuestras vidas y lo aceptamos. Tal vez hasta que sucede una pandemia que obliga a todas las personas que viven de su arte a no trabajar y no comer de lo que habitualmente han hecho siempre. Y ahí sucede otra cosa. No podemos vivir tranquilamente pues algo imprescindible falta, como ese ahogo que produce la falta de oxígeno es tal vez el sentimiento por poder explicarlo de algún modo. No relacionamos en otros momentos de más calma la ausencia de lo que amamos hacer con estados de ánimo ni con bienestar o ausencia del mismo. Pero cuando nos falta, nos sentimos notoriamente mal. Curiosamente casi todas las personas sin embargo soñaron alguna vez ser actores y también desconocen la razón de ese sueño mágico imposible e inalcanzable. Ese sueño del cual un día deciden por fin hacerse cargo si la elección la realizan cuando son ya adultos. Porque los niños y adolescentes vienen porque lo piden y los padres los escuchan más temprano o más tarde. A todos algo en común les sucede y esto es, que el teatro los emociona. Digamos las cosas también tal cual son, muchos nunca han ido al teatro y a partir de empezar a estudiar lo incorporan en sus vidas. Sí tal vez hay algo en ellos anterior a estudiar, y ese algo es la búsqueda de una emoción creadora, con afán de sentir cosas diferentes a lo que les pasa habitualmente. También si son asiduos espectadores cuentan que hay emociones que los conmueven en mayor o menor medida cuando van al teatro o cuando vieron tal película. Hay una idea de algo, vaga, relacionado con la emoción y eso los toma por completo y da sentido a lo que eligen hacer, como parte de una decisión que los trasciende. Sin embargo hay cosas que no encuentran palabras para poder contarme. Y es lo referido a algo que empiezo a preguntarles de algún modo durante la primera clase y de ahí en más. Qué es el teatro? para qué sirve el teatro? Para qué querés hacer teatro? Es lógico el desconcierto. Creo que si entre un grupo de actores en un camarín, previo a salir a escena o en el micro de una gira donde pasamos horas charlando y hasta filosofando, nos pusiéramos a hablar en serio sobre ésto, tampoco podríamos dar una respuesta que cuente todo y a la vez tenga simpleza y sea entendible por gente que no vive en el teatro. Daríamos vueltas sin arribar a algo concreto. Ahí lo que hacemos visible en el teatro lo convertiríamos nuevamente en antimateria. Trataré de desentrañar ésto y entender por qué.
Nuestros procesos mentales intelectuales y emocionales no se separan como en una hoja de cálculo, eso lo sabemos aunque a veces creamos que sucede así. Sólo conviven separados en nuestra mente. Podríamos decir que el intelecto es también emoción, de este modo. Si el intelecto también es emocionalidad, la espiritualidad podría ser la fusión de intelecto y emociones superiores.
El intelecto se espiritualiza a partir de las emociones, las emociones se espiritualizan a partir del intelecto. P.D. Ouspensky
Los seres humanos nos entendemos poco porque vivimos las emociones de modos diferentes, a veces sin descifrar las propias y , manejados por ellas muchas veces debemos acercarnos a psicoanalistas, psicólogos, neurólogos, coaches, agentes de espiritualidad y sanación emocional, diversas terapias alternativas y energéticas_ existe sanación para todos los gustos, creencias y necesidades_. Por lo general, las emociones ajenas a uno _ es lógico_ se hacen un campo incomprensible. Sólo nos entendemos entre nosotros cuando llegamos a experimentar simultáneamente emociones idénticas, o nos unimos en una sintonía o frecuencia en común. Y como de alguna manera las emociones son las ventanas por las cuales el alma mira al mundo, experimentar el sentimiento de un alma común, podríamos decir, es un sentimiento profundamente espiritual y esto es algo que logra producir a veces, no siempre, un gran hecho teatral, del mismo modo que desde el principio del teatro y aún hoy muchas veces, un evento religioso o claro que sí, un show musical.
“pero si nuestro lenguaje ha de corresponder a nuestra época, debemos aceptar que actualmente la tosquedad está más viva y lo sagrado más muerto que en otros tiempos”El espacio vacío. Peter Brook
Tal vez es a partir de un hecho teatral que la gente logra tomar la distancia que le posibilita la comprensión de sí mismo como de otros seres humanos. Y tal vez es así que logra satisfacer esa curiosidad inextinguible que guía desde el principio de los tiempos su búsqueda de conocimiento. Entender más de la existencia y por lo tanto de la vida es quizás la sencilla acción que nos lleva a buscar conocer y nos eleva por ejemplo a los más grandes descubrimientos y conquistas. Entender el significado de la vida, la nuestra, la de los otros, la del hombre en su conjunto y el universo que nos rodea a través de las generaciones aún es un motor que permite evolucionar a la humanidad sin distinguir en este trabajo lo que sí sirve y lo que nos destruye en conjunto. Lo misterioso que hay en lo que vemos y en lo que no logramos ver, tal vez a veces a percibir nos mueve hacia el conocimiento permanente. Por lo tanto el teatro, como en otra medida hoy otros medios audiovisuales, cine y a veces la televisión con sus buenas ficciones, trata de traducir en imágenes concretas lo invisible que el hombre intenta hacer palpable para tener más respuestas a sus continuos interrogantes. Resumiendo podemos deducir acaso que nuestra función como actores es canalizar esa inquietud constante del hombre de buscar el significado de la vida? Tal vez. Si fuera así, es en la vida donde los actores debemos investigar, explorar, experimentar, asimilar, y de ese conocimiento obtenido, expresar. Y así el teatro, es un hecho Creativo. Requiere de las imaginación y la misma es energía que surge del intelecto y la emoción. Un hecho teatral es algo a realizar, que se realiza, se materializa y vuelve al plano de lo inmaterial dejando algún dato o impresión más que antes no teníamos. Teatro no es un espacio, teatro no es una obra escrita y aquí me obligo a intentar definir algo, tampoco como absoluta verdad, nada fijo, como la vida y el teatro también, en continua transformación, misterioso como el origen del universo, algo a lo que alcanzo desde mi más íntima intuición, y no más allá:
Teatro es un hecho transitado por un actor o más, que logra producir una profunda emoción en un espectador o varios, de modo que algo significativo de la vida produzca un sentimiento de conmovedora o profunda comunión espiritual con aquel reflejo que lo desidentifica, permitiéndole conocer algo más del misterio indescifrable que podemos llamar la vida.
Alguien podría preguntar: y la comedia? También es teatro. Pues claro. No es el humor una visión superadora de lo dramático? No obedece a una agudeza en la mirada sobre hechos de la vida? Reír también conmueve. Ahí estaríamos hablando de otra cosa, de género, de estilo, de lenguaje. El humor es siempre una mirada inteligente, nace del intelecto, produce una emoción, que relacionamos con la felicidad tal vez. Muchas veces reímos de cosas que no son felices, en la vida como en el teatro. Es la distancia sobre los hechos, la capacidad de la mirada o cómo lo observamos lo que nos permite reírnos. En síntesis, intento abarcar el Teatro como hecho en sí, más allá del formato y el resultado de la emoción que provoque en la platea, más allá del espacio donde se realice y en qué estilo o género o con qué gusto de un director sobre una puesta en escena y más allá de un fenómeno que podemos denominar éxito y que obedece también a otro misterio que como actríz ya no puedo abarcar en ninguna definición que yo comprenda.
“Los acontecimientos de hoy fueron ideas y sentimientos de ayer, y los acontecimientos de mañana están hoy en la irritación de alguna persona, en el hambre de alguien, en el sufrimiento de alguien y también aún más, en la imaginación de alguien, en la fantasía de alguien, en los sueños de alguien”P.D. Ouspensky
La ciencia, la filosofía, la religión y el arte son formas de conocimiento. Su objeto es elevar al hombre a una altura de pensamiento y sentimiento en la que pueda pasar a las formas nuevas y superiores de conocimiento. Los actores, como mediums creativos estamos encargados de establecer este puente de conexión para posibilitar esta evolución, y así canalizar este conocimiento en el cual nos internamos a descubrir e investigar con nuestros sentidos. Como podemos ver, esto nos aleja de cualquier suposición más personal, narcisista y egoístamente pretenciosa en el deseo de ser actor. Aunque esto suceda a diario y lo veamos reflejado en nuestros escenarios, pantallas, redes y revistas. Aunque creamos que ésto no es tan así, en algún momento se detiene el camino si un propósito superior no encuentra su cauce y nos perdemos en vaivenes de menor vuelo espiritual. Esta trampa y confusión es constante en el trabajo del actor. Por eso el trabajo mismo y el entrenamiento y el buceo permanente en nuestra propia conciencia humana y en nuestro afán por profundizar nuestro conocimiento, es el eje que nos mantiene constantes en el deseo y en nuestro compromiso creativo. Podemos no formarnos, no entrenar, podemos, eso no nos hace peores o mejores actores, aún más, si talento no nos falta. Simplemente es esta inquietud de búsqueda de algún significado en la vida como en su reflejo, el teatro, lo que nos puede impulsar a la inquietud de ahondar en el conocimiento del alma humana.
“Se nos ha preparado para esperar instrucciones, enseñanzas, guías, maestros. Y cuando se nos dice que no necesitamos de nadie, no lo creemos. Nos ponemos nerviosos, luego desconfiados y finalmente enojados y desilusionados. Si necesitamos ayuda no es cuestión de métodos, sino cuestión de énfasis” El conocimiento silencioso, Carlos Castaneda
Me encanta leerte! Quiero más!!! Gracias!!!!! Te adoro! ❤️
Me encanta leerte! Quiero más!
Te adoro ❤️
Muy claro el desarrollo de los conceptos que describís. Lo entiendo como una suerte de ensayo de quien continua sus búsquedas mientras escribe, porque sigue explorando en sus propias inquietudes y preguntas y en la de quienes se acercan a «estudiar» actuación.
Las citas de los autores que incorporas son muy oportunas y esclarecedoras.
Me quedo entre muchas otras cosas del texto con lo que presentas como opuestos: «Parálisis vs. Expansión», en definitiva no solo como reto, desafío para quien hace teatro, sino para la vida misma….hasta nuestro último aliento el día que partamos.
Gracias
Beto Sánchez